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El fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, dijo el viernes que está bajo presión de los líderes de los países para que no emita una orden de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su ministro de Defensa, Yoav Galant.
Khan explicó en su entrevista con la BBC que “vio la evidencia en la que se basó la decisión de emitir el memorando, en su respuesta a quienes lo criticaron por su solicitud”.
Destacó que la CPI “debería solicitar órdenes de arresto tanto para los líderes de Israel como para Hamás para garantizar que la gente de todo el mundo vea que el tribunal aplica la ley por igual sobre la base de algunos estándares comunes”.
Khan subrayó que “es necesario evitar tratar a los países apoyados, ya sean de la OTAN, de países europeos o de países poderosos, de manera diferente a los países no apoyados”.
Señaló que estaba “bajo presión de algunos líderes mundiales para que no emitiera una orden de arresto”.
Dijo: “Muchos líderes y otras personas me dijeron, me aconsejaron y me advirtieron”.
A finales de agosto pasado, Khan pidió a los jueces que decidieran urgentemente sobre las órdenes de arresto contra el primer ministro de ocupación israelí, Benjamín Netanyahu, y su ministro de Defensa, Yoav Galant.
En una solicitud al tribunal, Khan instó a los jueces que examinan las órdenes de arresto que deben emitirse contra funcionarios israelíes y líderes del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) a tomar su decisión rápidamente y sin demora.
Khan dijo: “Cualquier retraso injustificado en estos procedimientos afecta negativamente los derechos de las víctimas”, como lo describió.
Destacó que “el tribunal tiene jurisdicción sobre los israelíes que cometen crímenes brutales en los territorios palestinos” y pidió a los jueces del tribunal que rechacen las apelaciones presentadas por decenas de gobiernos y otras partes.
Desde el 7 de octubre pasado, el ejército de ocupación israelí ha continuado su agresión contra la Franja de Gaza, con el apoyo estadounidense y europeo, mientras sus aviones bombardean las proximidades de hospitales, edificios, torres y viviendas civiles palestinas, destruyéndolas por encima de las cabezas de sus residentes, e impedir la entrada de agua, alimentos, medicinas y combustible.
La continua agresión de la ocupación contra Gaza provocó el martirio de más de 40.878 mártires, la lesión de otras 94.454 personas y el desplazamiento del 90% de la población de la Franja de Gaza, según datos de las Naciones Unidas.
